Comemos y disfrutamos de nuestros antojos, disgustar de un postre, un chocolate repentino o cualquier delicia sin duda alguna es la mejor forma de pasar un momento agradable. Pero algún momento nos hemos preguntado ¿Por qué sucede todo esto?, ¿Por qué tengo unas ganas apresuradas de comer algo delicioso? Si tienes estas incógnitas, tranquilo/a sigue leyendo el siguiente post que sin duda alguna te aclara mucha preguntas y te será de mucha utilidad.
Nuestra mente es como una persona actuando en la vida realidad, actúa de acuerdo a sus exigencias y necesidades, muchas veces nos aparece ese repentino gusto por alguna comida o postre, y no sabemos cuáles son las causas de dichos antojos, sin embargo la respuesta radica en nuestros pensamientos.
Nuestra mente trata de hacer realidad todo lo que nos planteamos y pensamos. Un ejemplo común en nuestra vida diaria resulta dar giro a nuestros pensamientos, ejemplo: trabajar todos los días o estudiar todos los días, sin duda alguna más que un compromiso se vuelve una obligación, por ende nuestro cerebro trabaja en ello y se prepara para cumplir cada meta relacionada a ese tema.
De este modo es que trabaja nuestro cerebro, le damos acción a los pensamientos y de esto modo lo vemos reflejados en la realidad. Por ende en determinados momentos nos sentimos con hambre, y los antojos se nos hacen presente ante cualquier momento. Psicológicamente realizamos todo aquello que nuestra mente nos ordene en su más profundo y aislado interior, sin embargo estos gustos los podemos controlar haciendo un uso adecuado de nuestro apetito.
Si solemos cumplir los deseos y le damos paso a comer cualquier antojo, poco a poco la costumbre se ira haciendo más presente, llegando a cierto punto donde comer un chocolate o disgustar cualquier postre será un acto de total normalidad, disminuyendo los antojos que puedan haber en nosotros. ¿Increíble verdad?